domingo, 30 de marzo de 2014

El Vanguard, mito familiar y misterio.

A ciento sesenta y cuatro años del desembarco (1849-2013)

Por Santiago Boland
El hacerse con los datos de la llegada de los abuelos inmigrantes es difícil. Datos fidedignos digo, pues en el afán de ocultar sufrimientos o de convertirlos en actos heroicos solían mitificar lo ocurrido. Sólo hijos o nietos, por acceso directo a sus mayores, o a documentos conservados por ellos, pueden haber logrado una visión aproximada de los hechos. Ese constructo es el que trasmitieron de generación en generación y así se instauró el mito que los más jóvenes o dan por cierto o dan por tierra. Tal lo ocurrido con el Vanguard, el barco que trajo a mis bisabuelos de Irlanda. Desde mi infancia fue la imagen de una nave surcando un mar de brumas. Esa visión imprecisa volvió imprecisa también la tragedia del exilio que no comprendí sino adulto.
Llegué demasiado tarde a la vida, el último de mi generación y bisnieto de los inmigrantes, para conocer a los mayores y escuchar sus historias. Sólo accedí a la versión de mi padre, de alguna tía, de mi hermana Dina, de alguno de mis primos mayores.
En 1984 tuve por primera vez  un dato basado en documentos. Consultado el Dr. Coghlan, una autoridad sobre inmigración irlandesa en la Argentina, me envió copia de la entrada BOLAND, de su libro Los Aportes de los Irlandeses en la Argentina. En ella habla de seis pasajeros adultos, apellidados Boland, arribados a Buenos Aires el 23 de Julio de 1849 en el Vanguard. Con tal motivación visité el Archivo Histórico Nacional, consulté el libro de entradas y obtuve fotocopias autenticadas de las listas de pasajeros.
Por entonces me reencontré, con mis primos Vilgré Lamadrid, nietos de María Anastasia, hermana de mi abuelo Santiago. Juan Augusto me entregó un dossier con la síntesis de sus estudios en documentos y libros familiares y confirmamos la información sobre el Vanguard. Al despedirme me dijo: “Ahora, O‘Boland sos vos”. Una exhortación, casi un mandato. No lo volví a ver, al mes se unió a nuestros mayores.

Corroboré en las fuentes que el Vanguard trajo cuatro Boland adultos y un niño: John Boland, mi bisabuelo, sus hermanos Williams y Edward, la esposa de este, Elizabeth y el hijo de ambos. Abuela Margaret Moran llegó el 17 de febrero de 1850, a bordo del bergantín Libra.

En marzo de 1997, escribí al Instituto Marítimo Nacional de Irlanda. En agosto recibí respuesta de Mr. John Wolahan, presidente delegado. Se había ocupado personalmente del tema y suponiendo que el barco zarpara de Dublín, había rastreado la orden de zarpada en los diarios irlandeses por un período de seis meses y los registros de partida en todos los puertos de la costa este de Irlanda sin obtener resultado alguno.
En tren de conjeturas Mr. Wolahan, de entre los buques registrados con el nombre Vanguard, supuso que el que llegara al Plata debía ser el único afectado a la travesía Sudamérica al mando de Mr. Bedlignton, su propietario. Con esa idea consultó a Mr. Benn, un estudioso de los barcos antiguos, quien construyó, en base a conjeturas fundadas, una breve historia técnica de la nave, estimó sus dimensiones, formuló apreciaciones sobre el viaje y sobre la alimentación a bordo.
Según el Lloyds Register, el Vanguard de Mr. Bedlignton era un snow-boat y desplazaba 247 toneladas y según el profundo estudio de Mr. Benn tenía una eslora de 25,50 metros, el puntal era de 6,90 m y la manga de 4.80. Acorde las exigencias de la maniobra y del pasaje, la tripulación la suponía integrada por un capitán, un primer oficial, un contramaestre, un cocinero, un despensero,  seis marineros avezados, más uno o dos marineros ordinarios, o  uno o dos grumetes.
Con una tripulación mínima de doce marinos y más de un centenar de pasajeros, el navío pareciera superpoblado y difícilmente transportara carga.
Para Mr Benn el viaje se habría iniciado a fines de abril o a principios de mayo y la alimentación pudo ser charque de vaca o de cerdo, harina, arvejas secas, quizá papas, algunas verduras frescas al inicio del viaje; arroz,  té y azúcar en pequeñas cantidades. El notable aporte de Mr. Benn y Mr. Wolahan, permitió reconstruir las condiciones del viaje y a pesar de la debilidad de pruebas, resulto satisfactoriamente acertado. A mí me llenó de dudas, algunas ya resueltas, otras que perduran.
Tiempo después llegó a mis manos un puñado de fotocopias, datadas en los primeros 60 años del siglo XIX: las memorias de Mr. Edward Robbins, uno de los pasajeros del Vanguard. Estas insólitas páginas, escritas con una sencillez y una crudeza asombrosas, aportaron lo suyo, ratificaron las conjeturas de Mr. Benn y Mr. Wolahan en cuanto al viaje, ilustraron la travesía y arrimaron detalles de importancia.
Mr. Robbins consigna la fecha de partida, el 8 de mayo, desde puerto  de Liverpool. A principio del mes de marzo había cruzado desde Irlanda a comprar los pasajes a Buenos Aires a un tal Mr. Michael Mc Donnald y el 4 de abril trasladó su familia a Liverpool a esperar el embarque.  Durante la  travesía, la enfermedad asoló al pasaje y cobró un par de vidas. El estado sanitario a bordo lo atribuye a la negligencia de los Inspectores del Gobierno en Liverpool, el puerto de embarque.
En cuanto a si mismo y los suyos, sin dramatismo, afirma: “…mi familia y yo sufrimos realmente mucho…”
¡Vaya si sufrieron! Cuando Mr. Robbins desembarcó, tras nueve días de cuarentena, diez de los trece[i] miembros de su familia debieron ser internados en el Irish Hospita[ii]l. El 10 de agosto algunos dejaron el Hospital. El 21 de agosto falleció  Ann, su esposa; el 29 su hijo Bernard, y el 4 de septiembre Mary Coffy, la hija mayor de su mujer.
Creí agotadas las fuentes en Argentina, di por terminado el trabajo, redacté un folleto Tracing the Vanguard, lo traduje al español y me dispuse a difundirlo.





Pero el hombre propone y Dios dispone. Llegó a mis manos el Diccionario de Británicos en Buenos Aires (Primera Época) de la Dra. Maxine Hannon. La entrada BOLAND no existía pero sí la entrada VANGUARD. En la página 97, II columna, ad finem dice: “VANGUARD. El buque mercante Vanguard, de 347 toneladas, capitán William Garwood llegó a Buenos Aires… “.
Todo mi trabajo, de diez años, se había ido al diablo en un instante.
Mr. Wolahan, Mr. Benn y yo habíamos errado el vizcachazo. La búsqueda con todo su esfuerzo se había errado. El snow-boat Vanguard al mando de Mr. Bedlignton, no era el que había arribado en 1849 al Plata. La Dra. Hannon, con evidencia incuestionable, demostraba que el Vanguard, de propiedad del capitán William Garwood y bajo su comando, era el que debiéramos haber buscado, ése era el que había llegado el 13 de julio de 1849 con nuestros abuelos a bordo.
Había llegado al final del camino, pero había errado el inicio.
La Dra. Hannon basa su artículo en tres fuentes, dos ya conocidas: el libro del Dr. Coghlan El aporte de los irlandeses a la formación de la Nación Argentina y el Libro de Entradas de Pasajeros del puerto; otra, nueva para mí, el British Packet, diario publicado en Buenos Aires, en inglés. En su libro informa sobre una carta de agradecimiento al Capitán William Garwood firmada por un grupo de pasajeros del Vanguard, entre ellos John Boland. Cuando conocí la existencia de esta carta se me abrió otra perspectiva de investigación.
Localicé una colección del British Packet en el Museo Mitre pero sólo alcanzaba a 1848. Me hablaron de colecciones que incluían los ejemplares de 1849, pero no me dijeron su localización. Más precisa, la Dra. Hannon, me orientó hacia el Tesoro de la Biblioteca Nacional donde está la fuente consultada. Busqué un investigador registrado, le pedí que me hiciera la gauchada y así conseguí los pertinentes “recortes” y pude hacerme con la documentación. Esta es la información del British Packet.
Entre el 14 de julio y el 1° septiembre de 1849 British Packet publicó cuatro sueltos sobre el Vanguard.
El 14 de julio fue el anuncio de la llegada: “PUERTO de BUENOS AIRES. Julio 13.-Viento N.O–Barca británica Vanguard, 347 tons, William Garwood. De Liverpool  8 de Mayo, a Bates, Stokes and Co. Pasajeros: 116.-”
El 21 anuncia la partida: “A Londres, El muy superior y sorprendentemente magnífico (A.I. British)  barco Vanguard, 300 toneladas de registro, y como tal clasificado en la primera letra en el Lloyd durante doce años, y sin excepción una de las mejores naves en el puerto, con una considerable parte de su carga contratada y embarcada, tendrá pronto despacho.


Este navío, por haber estado afectado al comercio con las Indias Orientales, tiene las mejores comodidades para pasajeros.
Por favor registrarse a los consignatarios Srs. Bates, Stokes &Co., o a John Higinbothom, Agente Marítimo Autorizado, Calle San Martin, N°20- 10 de Agosto de 1849.”
El tres de agosto una carta  á Monsiuer Cagsesu, Comandante del Barco Francés de mástiles Paquebôte de la Plate, N°1, firmada Mr. Garwood, Capitán del Vanguard y por Philip Tocque, capitán de Bergantín inglés Alice, agradece los auxilios brindados a los marinos ingleses y el haberlos acogido a bordo en la noche del 1 al 2, cuando, al  dirigirse a tierra, un golpe de viento puso en riesgo  sus vidas.
Por último, el día primero de septiembre un grupo de pasajeros del Vanguard al Capitán William Garwood agradecen sus atenciones durante el viaje. Cito textualmente el párrafo más destacado:
“No se detuvo en nada para asegurar nuestra salud y confort, su distribución gratuita de alimentos y medicinas a nuestros enfermos e indigentes nos impone irrenunciablemente nuestra mejor estima, particularmente porque siendo por lo demás inasequible, usted ha desplegado toda acción con los mejores sentimientos, todas sus acciones se basaron y fueron impulsadas por su sentido de humanidad.”
Es esta la carta que definitivamente prueba que se trata del Vanguard que echara anclas en la rada exterior de Buenos Aires el julio de 1849, con más de cien inmigrantes irlandeses a bordo, y zarpara para Londres el 10 de agosto de ese mismo año, un velero armado en bergantín, de 301 toneladas, al mando de Mr. William Garrwood, construido en Yarmouth en 1841, de propiedad del capitán y asociados, registrado en el puerto de Yarmouth, destinado a viajes a Londres y al Mediterráneo con antecedentes de navegación al Océano Indico.
Investigaciones ulteriores lo ubican zarpando de Yarmouth hacia Londres a fines de 1841 y allí perdí el rastro.
El próximo paso sería convocar a los descendientes de los pasajeros del Vanguard, cosa incoada ya.

Un segundo  paso sería integrar un equipo, más o menos informal para continuar la investigación cuyos objetivos se debieran formular.  Mientras tanto, si  un antecesor suyo, amigo lector, viajó en el Vanguard hágamelo saber. Habrá contribuido a recrear el viaje de nuestros antecesores. Quizá así volvamos con ellos a la tierra del simple heroísmo, el  del hombre común, y rescatemos sus valores.



Seamus O'Beollain
[Julio de 2013 - sdboland@gmail.com - Bahía Blanca, Argentina]
Publicado por The Southern Cross, periódico de la Colectividad Irlandesa de la Argentina, de aparición mensual, en su edición de julio de 2013 y por Agenda de Reflexión el  30 de Septiembre de 2013, bajo el Nº933





[i] Además de Mr. Robbins y su esposa Ann viajaban, sus siete hijos de su primer matrimonio con Margaret Egan; tres de su esposa con el difunto Thomas Coffy, y uno del actual matrimonio
[ii] El Irish Hospital se ubicaba en la esquina de Suipacha y Pte. Perón

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